"Me gustaría que vivieras de nuevo mi juventud, pero a la inversa de cómo la viví yo. En una palabra, me gustaría que te convirtieras en mi hijo y me vengaras"

(..) Allí donde en Body Snatchers, con fría, despiadada determinación, Donald Sutherland señalaba que no había solución posible para la especie humana, había también una acusación. Ese gesto me estuvo señalando toda mi infancia, puesto además en relación con otra imagen, el rostro de Víctor con el que acaba L'Enfant Sauvage, la extraña mirada de Víctor subiendo las escaleras, tras su vuelta a casa. Una incomprensión absoluta separa ambas miradas. Pero a la vez las relaciona. Pues la del niño es también acusadora. Parece decir: ¿por qué me obligas a pertenecer a este mundo? Como única respuesta, el grito que arroja ese rostro desprovisto de humanidad, con rencor, con la ciega contundencia de los rencores no resueltos rumiados durante años en oscuros reservados del carácter (...)

"Alguien tenía que haber calumniado a Josef K, pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo." - Franz Kafka, El Proceso.

"K. en la cama, tapado con una sábana blanca" - Peter Weiss, El Nuevo Proceso.